Tengo pendiente ir un año al Festival de Teatro Clásico de Almagro para ver una representación en su conocido corral de comedias del siglo XVII, pasear por su plaza y por supuesto comerme alguna berenjena. Pero por unas cosas u otras al final no voy, y es que, aunque no está muy lejos, las dos horas de coche no te las quita nadie. Así que cuando el otro día me ofrecieron ir al festival de Chinchilla, ni me lo pensé. A finales de junio comenzó su vigésimo segunda edición, una semana de actuaciones para todos los públicos que tiene como sede el Claustro de Santo Domingo, lugar que increíblemente no había visitado aun y que desde luego recomiendo ver. Para el festival instalan un graderío que puede alojar unas 400 personas que hace que ver los espectáculos sea muy cómodo y que junto al cielo estrellado y la arquitectónica del lugar, hace una experiencia que merece la pena. Podéis echar un ojo al folleto del festival aquí . Para el resto de información sobre Chinchalla, como
Un sitio donde poner las cosas que se me pasan por la cabeza para que no se me olviden.